WELCOME BACK, YOU MOTHERFUCKERS!

Esta foto la tomé durante el puente vacacional que fenece. Íbamos la Ferucca y yo de Universidad a nuestra casa. Como se puede apreciar, vamos sobre el distribuidor vial.
¡El cielo se veía azul!
Hoy di mi primer clase del año. Aún no se pone la cosa tan horrible como de costumbre, pero para allá va. Los vacacionistas comienzan a regresar y la ciudad se vuelve a llenar de seres de la fauna nociva urbana como: microbuseros, choferes que tocan el claxon cuando el semáforo apenitititas se puso en verde, motociclistas rudos, secretarias con medias color natural, oficinistas con su tortafolios bajo el brazo y ese maldito look insoportable. También ya se puede ver en las calles la plaga de limpiaparabrisas, viene-vienes, señoras que cargan a sus hijos adormecidos por el thinner -para que no chinguen y dejen trabajar, ¿no?- y los siempre odiosos tipos que le dan una pasada a los carros con un plumero mugrísimo, más puerco que el motor de los carros que "limpian".


El cielo se está poniendo gris. A no ser por una fuerte ventisca que está pegando mientras escribo esto, cuando miremos hacia arriba veremos smog, y de nuevo los edificios no se podrán ver ni aunque estén cruzando la calle. Conformémonos con estas postales:

Lo que salva un poco el gris -literalmente- panorama es que los estudiantes todavía no regresan a las aulas. Gracias a eso yo puedo seguir disfrutando de tener a mi Fer en la casa, y de un poco de aire limpio. Pero el lunes que viene los licenciados del futuro atestarán las escuelas y harán el tránsito más imposible aún... o más bien, tan insoportable como de costumbre.

Yo acabé el año pasado casi en una crisis nerviosa, harto de tener que lidiar con esta horrenda situación. Y bueno, que el año nuevo está nuevecito y tenemos que recomenzar el sufrimiento. Ojalá todos esos vacacionistas no regresaran. Que se quedaran en su Cacapulco. Que no cierren las discos playeras y dentro haya un incendio. Que los accidentes carreteros se acumulen como nunca. Que decidan quedarse a radicar en donde están. Yo cambiaría toda la provincia por una ciudad sin todos esos gusanos de regreso. No exagero. Sería capaz de privarme del bello desierto que conocí el año pasado, o de las zonas frías que tanto me gustan a cambio de que esa gente que está de más no volviera. ¿En qué me baso para decir que está de más? En lo que veo en las calles. Me gusta que no haya tanta raza deambulando, como una metáfora de su propia vida: deambulando sin rumbo fijo, sin ideas claras, olvidables y sin alguien que los vaya a extrañar si desaparacen mágicamente. A los blanditos de corazón este tipo de cosas siempre les espanta, pero es algo que muchos pensamos, estoy seguro de eso. No sé si sea una forma de ser fascistas y reaccionarios, y la verdad me importa muy poco.

Que se vayan p´al calajo!

PS: felicidades, Ferux, me hace muy feliz tenerte a mi lado.