EL RINCÓN SENTIMENTAL DEL ASTRÓLOGO DE LAS ESTRELLAS

PATRAÑAS.

1. Hace unos años mi cuñado, quien quiso dedicarse a la cantada pero que nunca tuvo éxito real, audicionó para ser cantante de los Ángeles Negros. De sólo escucharlo, decidieron que se quedaría. Yo ya escuché los demos que tiene guardados y la neta suena muy chingón. Pero mi cuñado decidió que ser vocalista de ese grupo no era lo que buscaba, y luego de dar por finalizada su breve estancia por la banda, regresó a la realidad en donde no volvió a tener eso que se conoce como Big Break.

Yo creo que rechazar la oferta que le hacían fue estúpido, algún día se lo diré, pero las decisiones viscerales pueden ser o muy acertadas, o una verdadera pendejada. Cuando escucho en la tele ese maldito cliché de "haz lo que te diga tu corazón", le grito, a quien le están dando el consejo: "¡No! ¡No mames! ¡No escuches a ese güey [o a esa pinche vieja, si es mujer la que lo dice]; apenas si sabe expresarse con palabras, te está orillando a cometer un error fatal!" Hacer las cosas con el corazón muchas veces significa hacerlas con las nalgas. Hay gente a la que habría que negarle el derecho a decidir por sí sola, es inutil. Pobre gente, ya sé, pero su vida sería mejor si solo decidieran qué croquetas comprarle a sus perros (aunque, pensándolo bien, eso también podría ser fatal).

2. No sé si ya lo había dicho, pero dejé de creer en el rock. Últimamente en mi iPod solo pongo mis playlists de hip hop viejo, de breakbeats o mi colección de chistes de Polo Polo. Me comentaba mi cuate el Charly que cuando fue a ver a Soda Stereo sintio una especie de viejazo pues ya no lo entusiasmaron como antes. "Es natural, no hay pedo", le decía yo, que ya me he asumido como un anciano gruñón al que 10 minutos de escuchar Reactor -de veras, nunca paso de esa marca- me recuerda que el asesinato en masa debería estar justificado. ¿Qué vale la pena? Recientemente TV On The Radio o Arcade Fire sí me han entusiasmado. Eh, ¿y qué más?

Voy a cerrar filas y enlistaré las bandas o músicos con los que me quedaré. Hay muy pocas posibilidades de que muchos nuevos entren. No me gusta el rock para chavitos, no me gusta el rock "consciente", no me gusta el rock "inteligente", no me gusta el rock "vanguardista". Con esto me refiero, obviamente, a lo que creen que escuchan los borreguitos que compran sus revistas de rock. Ni madres, no se apendejen, les están vendiendo mierda vieja puesta al día. Y por lo menos la mierda vieja era buena mierda.

Ahhh... voy a escuchar a mis Butthole Surfers, a Led Zep, a The Cure, a los Ramones, a Tom Waits, a Mike Patton, a The Jesus and Mary Chain, a QOTSA... ey, no se me ocurren más, pero sé que hay más.

"Eres muy radical", me dijo el Charly la otra noche antes de empedarse y quedarse ligando a una changuita en la cena de Toukán. "Sí claro", le contesté. No hay de otra. Mejor así, es un filtro contra la mierda. Para mí es lo mismo Maná que Zoé, Magneto que Chiquita Pendeja, o como se llame ese grupillo. ¿Café Tacuba? ¿Molotov? ¡¡¡¿¿¿La Maldita Vecindad???!!! No comparto el entusiasmo de mis colegas que escriben sobre rock -actualmente me gusta leer sólo a uno que escribe también en Gorila-, no sé de dónde sacan que esos grupos de los que hablan son buenos. En verdad. "¿Los has escuchado?", me podrán preguntar. ¡Claro que no! ¡Ya no es necesario! Con saber sus nombres o ver su foto puedes adivinar lo que hacen. PRE-DE-CI-BLES. De veras. Por eso me encierro a leer mis libros, leer mis cómics y...

Leer cómics. ¿Por qué será que en el ámbito de los cómics que leo en realidad no existe algo así como una crisis como la que pasa el rock? O sea, nadie está diciendo que ya no hay nada nuevo bajo el sol, o que ni modo, se trata de refritos pero pues, es lo que hay, o que le están echando ganas, que están poniendo el nombre de su país en alto. Esos son pretextos. Pero bueno, chido por el rock.