No me considero nacionalista. El nacionalismo es un virus que se aferra al cerebro y no permite que el individuo invadido razone fríamente y sin sentimentalismos. Muchas estupideces se han cometido bajo el pretexto del "ser patriótico y nacionalista". El patriotismo es eso: un pretexto para esconder y justificar deficiencias. La celebración de las fiestas patrias es un juego, nada más. Decir lo que estoy diciendo es, para muchos, como mentarles la madre. Más que un sentimiento genuino, es un complejo.
Una vez escuchaba a los tíos de unos amigos de Ferucca hablar de historia. Saben muchísimo. Entonces un señor que estaba allí dijo: "¿y por qué mejor no hablan de la historia de nuestro país? A esos romanos ni los conocemos". Lo juro. Ganas me daban de decirle: "muy bien, comience usted", pero mejor me quedé allí viendo qué pasaba. Los hombres hicieron caso omiso de lo que acababan de escuchar y siguieron platicando.
El hijo de ese tipo un día se puso a despotricar contra los españoles, a sabiendas que los abuelos de Fer fueron exiliados de la Guerra Civil. "Los españoles son unos pendejos y nada más vinieron a conquistarnos y a poner panaderías", escupía. Le pregunté si conocía las aportaciones de esa oleada de españoles a México. Añadí que de todos los españoles que conozco, ninguno es panadero. Que en cambio conozco a muchos mexicanos que son asaltantes, defraudadores, aprovechados, ventajosos y, sencillamente, unos verdaderos ojetes. Que los extranjeros que conozco han sido siempre muy buenas personas conmigo. Luego siguió con eso de que las chivas son el único equipo que no tiene "bastardos extranjeros". Ante eso no hay mucho qué decir. Lo dicho: el nacionalismo les sirve a muchos para decir sandeces. Muchos de los mexicanos que defienden a capa y espada a su patria ignoran lo mínimo de historia de México. Solo les gusta ser hocicones, tirar mierda sin datos.
Pobrecitos.
Por eso uno de los últimos números de mi fanzine lo dediqué al nacionalismo. Le pedí a algunos amigos que escribieran algún texto sobre el tema. Miki Guadamur se echó una parodia buenísima sobre el SubComediante Marcos -"el Tata Barcos", le llamó-, el "auténtico reivindicador de las causas proletarias y campesinas", tal y como dicta el cliché zapatistoide. Miki también rescató unas notas de Walt Whitman en donde decía que "las tierras de México deberían ser tomadas, por el bien de la humanidad". La descripción de los mexicanos era la de "una raza de hombres imbécil, pusilánime, y no apta para controlar los destinos de aquel país bello". Uf.
También venía un texto llamado "Larvario primitivismo", que rezaba así: "Nacionalismo, hasta la palabra por sí misma ya suena primitiva: refiere en nuestra mente imágenes que, tal vez, nos resultan irrisorias; imágenes y realidades añejas y sin embargo aún presentes. Tal vez la imagen del charrito briago y panzón, ya sea al Presidente aguantando a duras penas el mástil que soporta lo que se supone que es nuestra bandera, o también la camiseta de la selección apestando a cerveza en un partido contra Brasil". Ida Moh!, amiga mía en ese entonces, ilustró lo anterior con una caricatura de Control Machete en la que uno de sus integrantes viste una playera con la frase "semos malos".
Willy Fadanelli me dio un texto que luego fue publicado en el sábado, del unomásuno, y que más tarde dio nombre a uno de sus libros: "Regimiento Lolita". "Más de uno se masturbaba pensando en aquella niña de faldón corto y labios de puta, llevando nuestro lábaro patrio", describía.
Yo reproduje el "¡Ya no quiero ser mexicano!", de Mauricio Bares, uno de los mejores textos sobre el desprecio al lugar común mexicanistoide. "no grito cuando anota la selección, tampoco el 16 de septiembre. Odio la vulgaridad del chile, prefiero el trigo al maíz, me gustan más las hamburguesas que las tortas, los hotdogs que los tacos, la cocacola que el agua de jamaica (con cólera)." Fulminante, sobre todo cuando confiesa que quiere buscar una extranjera para casarse, "con tal de alejarme de mi horrendo pasado".
Jesús Pacheco enlistaba 3 -y sólo 3- motivos para sentirse orgulloso de ser mexicano: los soldados que son adelitas y que se encaman entre sí, sin distingo de jerarquías y, mucho menos, de género; también mencionaba a Las Poquianchis y las películas de Juan Orol.
Otro texto que reproduje (sin permiso, como se hace en el medio fanzineroso), fue el llamado Chile chipotle, de Jorge García Robles, en donde aconsejaba grabar en una cinta de varios canales los himnos nacionales de distintos países, mezclarlos hasta que ninguno se distinguiera, escucharlos y bailarlos en slam.
El texto más impresionante es el del buen Roger Villarreal, quien nació, igual que su padre y su hermano, el 16 de septiembre. "Matemáticas y patria", lo tituló. "Pronto desapareció el orgullo de haber nacido en fecha tan ilustre como engañosa (...) me parecía ver hordas de mestizos sudorosos y hambrientos desparramándose por los campos saqueando pueblos y ciudades, saciando su sed y su odio, cebándose en mujeres limpias y bien alimentadas, como en los aciagos días de la independencia, de la revolución, de los cristeros". Un golpe letal.
En la portada puse al que yo reconozco como uno de los más acabados símbolos de la mexicanidad: Valentín Trujillo. Él representa(ba) más fielmente lo que es el mexicano.
Antes de lanzar la primer piedra defendiendo la "pureza" de la raza mexicana, no estaría mal revisar Las mentiras de mis maestros, el libro de Luis González de Alba, un texto en el que desgrana algunos de los peores mitos geniales de la historia nacional. "La historia oficial de México es una larga serie de derrotas gloriosas y un pesado directorio de héroes derrotados", apunta.
No hay nada qué celebrar.
Thursday, September 14, 2006
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4 comments:
¡Viva México, cabrones!
¡Ajúa!:
http://i113.photobucket.com/albums/n232/zektorcerouno/recortes/cabezas.jpg
PARRO MALO: tienes razón, pero no es una visión idílica de los extranjeros. estaba pensando en la cuestión mexicana, pero es igual en todos lados pues, hay gente estúpida en todos lados, y no he comprobado lo contrario. la naturaleza del ser humano es errante, convenenciera, cruel, ignorante y demás. ahora, aunque pusiera algo como "pero no se crean, me encanta que lo mexicanos triunfen, y su caracter festivo, etc", como en la televisión, la conclusión que sacaría casi cualquiera que leyera mi post es que de todas formas soy racista. algo así como "pero dijo que nosotros los mexicanos..."
me acuerdo de un chiste de Rius en donde un periodista preguntaba: "¿qué películas prefiere, las de charros cantores o las de charros en caballo?", y le contestaba un hombre: "las de charros en caballo", entonces el entrevistador volteaba a la cámara y decía: "como lo han visto, el público prefiere las películas de charros". ¿me entiendes? desde luego que mi post está pensado para provocar porque la raza es fácilmente (pavlovianamente) provocable. me intriga que no haya hate comments aún, pues es la típica reacción que predomina aquí. la actitud: "con mi Pedro Infante no te metas". pero suscribo lo que dices.
ZEKTOR: ¡viva!
ZEKTOR: ¡ajúa! ¡otra, otra, otra! ¡oé, oé oé, oéeee, oéeee! ¡sí se puede, sí se puede, sí se puede! ¡que le sople, que le sople! ¡mi toritoooo!
nota: si a usted, querido lector, se le ocurren más de estos clichés idiomáticos que de una forma u otra han forjado la identidad lugarcomunesca de esta nación, tenga la amabilidad de escribirlos aquí.
Y que tienes mucha razón amigo. La barbarie del nacionalismo es un virus que debe ser eliminado en todo lugar. Es producto de una mentalidad prejuiciada atrasada, propia de conclicto tribal. En mi país un gran sector también sufre de esa enfermedad. Parece que mientras más atrasada es la región, más nacionalismo hay. La fanfarronada patriotera es una forma de "conservar la autoestima" porque la gente se siente inferior. Hace poco ha pasado algo en mi país que me impulsó a dedicar un comentario a este tema en mi página
http://buecon.blogspot.com/
Saludos,
William
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