Ahhh... ¿recuerdan cuando a Tower llegaban montones de revistas y libros chidos? Uts, había de todo, y como los meros meros de la tienda no sabían leer -y dudo que con el tiempo hayan aprendido-, de pronto se colaban verdaderas joyas: libros chidos (¡American Psycho en inglés, Trainspotting en su edición original, los libros de sketches de Crumb!), revistas y fanzines avant garde (Murder can be fun, Cometbus, Raygun, la misma Moho, Bunnyhop, los números originales de Search and destroy, la semilla de Re/Search).
Yo me volví fan en particular de Ben is dead, una de las mejores revistas que he leído. Se suponía que era un zine, pero su calidad, naturalmente, rebasaba a muchas publicaciones "profesionales". No sé desde qué número la comenzaron a traer a México, pero yo llegué tarde. Mi colección la comencé en el número 26, justo donde comenzaba su clásica lista Retro Hell. La revista desapareció poco después; ya solo aparecieron un número con relatos (¡era tan fan que los leí todos y todos me gustaron!), un especial de comics (que sigue siendo una de mis principales fuentes de información) y el último ejemplar, dedicado a la Celebridad.
Creo que supe de ella por radio Bestia, el programa de Güili Damage, Nacho Desorden y el Reverendo Horton Juan. Como básicamente todo lo que ellos recomendaban rifaba, al otro día salí corriendo a buscar mi ejemplar de Bid. No lo podía creer: Darby Romeo, la editora, le tenía un terror muy cabrón a los espacios en blanco y la revista estaba retacada de texto; como yo soy un mega obsesivo, parecía que la habían hecho para mí. Los textos parecían escritos por tus cuates. Tan era así que un día me atreví a escribirles una carta y cuando un día Stephany Fidel, una de las colaboradoras -de origen latino- vino a México pues era amiga de Miguel Calderón, aún se acordaba de mi carta que yo creo que estaba escrita en inglés Conalep.
Yo sigo necio: para mí que buena parte del revival setentero-ochentero se lo debemos a Ben is dead y su magnífico trade paperback con portada plateada. Muchas revistas Condechi aprendieron que ser retro era cool por ese tipo de referencias, sin darse cuenta que el término mismo, retro hell, significaba que se trataba de una catarsis cultural, y no una pose, como se volvió aquí gracias a revistas como Wow y demás catálogos de juniors artistas del engaño (como dice mi amiga Verónica).
Ahora Tower es una verdadera basura. Si ya ni buenos discos les llegan, mucho menos libros ni publicaciones chidas. Por suerte existe internet, si no, seguiríamos teniendo esa cultura noventera de saber de todo aunque ni lo conozcamos en vivo. Por revistas como Bid sigo pensando que las revistas de aquí aún no alcanzan el nivel que podrían. ¿Objeciones?
Monday, September 26, 2005
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1 comment:
sip, desde que Tower se fue al averno (la bancarrota a nivel mundial), dejo de traer revistas de calidad, yo me acuerdo que de ahi sacaba revistas españolas bien chidas, conseguía la Heavy Metal gabacha y francesa (Metal Hurlandt), también libros de Crumb, libros y muchas publicaciones que no conseguías en otros lados, pero en fin esos dias no volverán..
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