Actualmente estoy preparando un texto sobre Basil Wolverton, y espero lograr colar unos cuantos perfiles sobre artistas de la MAD en el periódico, si dios proveé.
Lo que sigue a continuación lo posteé previamente en mi blog de MySpace hace algún tiempo ya.
Estos fueron mis libros de texto durante la secundaria. Aprendí más sobre cultura pop, cultura basura, historia, música, televisión e inglés que en cualquiera de mis clases en la escuela. Le debo más a la MAD que a muchos libros y maestros aburridos que tuve.
Cada mes corría al Sanborns de Camarones o al de Lindavista (que eran los que quedaban más cerca de mi casa), y me compraba mi ejemplar y a veces también uno de lo tomos recopilatorios que se llamaban MAD Super Specials. Una vez hasta me gané una suscripción en los sorteos que hacían por medio de los códigos de barras de la revista, solo que me dí cuenta el día que expiraba el chance de reclamar el premio. Shame on me.
También por esos días es que se pusieron de moda las trading cards. Yo me hice de mi colección de Garbage Pail Kids en ese tiempo, pero también junté toda la colección de MAD, que traía portadas al frente, y gags, fold-ins y tiras del otro lado. Mis amigos me miraban como si fuera un freak -y si lo soy- por coleccionar eso. Ellos preferían las tarjetas de futbol americano o de chicas en bikini. Yo no. El americano no lo entiendo (básicamente se trata de güeyes que corren y se caen, corren y se caen; una y otra y otra vez, ¿no?), y las mujeres en bikini me dan hueva (en todo caso las prefiero desnudas, o con ropa sexy, los bikinis son trashy).
Como todo misfit, encontré más en los dibujos de esos artistas que se convirtieron en mis gurús: Jack Davis, Al Jaffee, Mort Drucker, Sam Viviano, James Warhola (sí, el sobrino de aquel otro Warhola), Tom Cheney, Rick Tulka, George Woodbridge, John Caldwell, Tom Bunk, Dave Berg, Paul Peter Porges, Greg Theakston, Bob Clarke, Paul Coker, Duck Ewing y, naturalmente, Sergio Aragonés -quien me dio su autógrafo en la 1er Conque, por allí lo debo tener.
Cada mes me chutaba de punta a punta mis ejemplares de MAD, los leía, los releía, los traducía (así aprendí gran porcentaje de lo que sé del idioma), copiaba los dibujos (así aprendí buena parte de lo que sé sobre dibujo y cartooning), y me reía con el humor característico de la revista. Hay quien dice que MAD no sobrevivió a los años 80, pero yo creo que hasta mediados de los 90 siguió siendo muy buena, a pesar de no estar ya en la tradición de la vieja MAD de Harvey Kurtzman et al., y más bien la edición actual, esa sí es verdaderamente mala. MAD sobrevivió por décadas sin necesidad de anunciantes. Ahora está llena de anuncios, la edita DC -¡que no mamen!- y hasta hay una edición para niños... No comments.
Las ediciones mexicanas siempre han sido malas, sobre todo la que hacía Sixto Valencia, el dibujante de Memín Pingüín. Yo estaba tan encabronado con la chafez de esa edición que le mandé una carta reclamando punto por punto la basura que estaba haciendo con una revista tan emblemática. Me la publicó y me contestó con comentarios "chistosos", que más bien subrayaban que el viejo no era apto para hacer de la MAD en México una revista respetable.
Actualmente hay una edición nacional más, que, muy a pesar de algunos de los buenos colaboradores que tiene, sigue siendo una publicación muy menor, comparada con la original MAD. No es injusto compararla, pues son sus editores quienes han decidido navegar bajo el estandarte de MAD. Es una revista chistosita, que con otro nombre tendría más sentido. El apelativo MAD le queda grande. En fin.
Bueno, pues, leí muchísimas MAD en mi adolescencia. Pueden hacer conjeturas.
Hasta aquí lo que escribí hace ya un par de años.
Bueno, resulta que me acaban de publicar mi primer feature en la MAD México.
Sí, ya sé que dije lo que dije. Pero compréndanme, estaba chavo.
Ahora, a explicarme: hojeando la revista, creo que muchos de sus colaboradores no tienen que ver con la tradición de MAD. Pero lo mismo sucede con la edición gringa. Es como el Saturday Night Live: hay a quienes nos gusta más cuando salían Phil Hartman, Chevy Chase, John Belushi o Dana Carvey. La versión actual no nos divierte. (Sí, ya sé: es síntoma de vejez... pero, ¿acaso mantenerse joven es una virtud?)
La primer vez que ví esta versión de MAD México me sacó de onda lo que me saca de onda en muchas otras publicaciones: aquellos ilustradores que han copiado -y no lo pueden ocultar o negar- el estilo Cartoon Network de las Powerpuff Girls. Sin estilo o discurso propios. Y sin ironía.
Entré a MAD porque Rodrigo Fuzoo Ponce me recomendó contactarlos y tratar de publicar algo de cómic, ya que en la revista dan espacios amplios para ello. Trabajé en esta página:
...y me la publicaron inmediatamente. No sé si YO tenga el espíritu de la MAD que me gusta, pero sí traté de hacer una especie de artículo ilustrado con chistes gráficos. Por lo menos, es algo que aprendí a hacer leyendo MAD.
Sigo teniendo mi opinión de la revista, por ejemplo, que Ricardo Plata hacía cosas muy divertidas en Video Risa, pero que pertenece al pasado. No voy a decir más porque cuando empiezo de hocicón, resulta que el aludido me está leyendo. Y sinceramente agradezco mucho tener un espacio tan generoso en la MAD. Sea lo que sea, y aunque sea en la edición nacional, saberme publicado en MAD me llena de un puto orgullo de aquellos...
...y esto me lleva a comentar mis consideraciones sobre la ilustración. Pero luego será.