El jueves pasado apareció en Milenio un artículo mío sobre
The Contract With God Trilogy, de
Will Eisner. Se trata de el segundo texto que publico ahí sobre cómics -sin contar lo que llegó a salir en tiempos del suplemento
Traspatio- y que está pensado para volverse algo regular. Supuestamente estaré publicando un texto sobre el tema cada mes. El primero que salió fue sobre
Heartbreak Soup, uno de los TPBs de
Love And Rockets, serie de los
Bros. Hernandez. Ese texto salió un domingo en que no compré el periódico y no supe que salió publicado sino hasta que fui a la redacción y lo ví allí. Así que no pude avisarle a nadie y lo que iba a anunciar con bombo y platillo, se cebó.
Una de mis labores más recientes ha sido tratar de venderle la idea a varios editores de que abran una seccioncilla especializada en cómics, y en realidad la cosa es difícil, pues poca gente los aprecia y mucha menos los lee, lo cual no es pretexto para que no se escriba de ellos. Precisamente el objetivo de mis artículos es que sirvan al mismo tiempo como reseña, introducción y explicación del cómic como medio de entretenimiento, obra literaria, pieza artística y producto cultural.
Hay quien piensa que hay lectores de cómics sólo de closet (¿?) y que por lo tanto no hay necesidad de escribir de ellos. Hay quien piensa en cómics sólo en términos de superhéroes o editoriales mainstream. También hay quien piensa automáticamente en Manga. Yo creo que hay más, muchísimo más en el horizonte. Creo que tienen razón quienes creen que los títulos independientes son muy intelectuales, pero prefiero la sobriedad de los temas personales a la impersonalidad genérica de los personajes en mallas de latex.
Mi amigo Eduardo Salgado me escribió para comentarme lo siguiente:
Oye, vientos, hoy publicaste un texto chingón de nada menos que Will Eisner
en el Mileño. Enhorabuena! Qué raro es que alguien sepa, ya no digamos
publique algo sobre ese tipo de autores. Está muy bueno tu artículo pero te
escribo por una duda: neta que no entiendo la primera oración del texto. O es
una errata o yo no tengo buena información sobreel tema del Spirit, cosa que
dudo ya que en esta vida a pocas cosas les he prestado más estudio y atención
que a ese tema. Ahí luego me aclara esa frase en particular, no? Coincido
contigo en que Eisner es Dios, aunque desde mi punto de vista solo merece este hiperbólico calificativo en lo que respecta a su obra maestra, El Spirit
ÚNICAMENTE en el periodo comprendido entre 1946 y1948. Todo el resto de su obra, que es un chingo e incluye mucho más Spirit, chingos de novelas gráficas, posters, ediciones, tratados,tiras y madre y media es MUY buena, pero nada extraordinario ni inmortal. Repito, para mí, solo ese período destaca, pero de una manera tan brillante, que eclipsa a casi toda la producción de comics de todoslos autores de todos los tiempos y lo vuelve inmortal de forma innegable.
Qué gusto leer tu artículo y tu nombre! Ojalá sigamos cotorreando este tema.
Un abrazote!
ed.
A lo que le contesté dándole la razón, sólo que los errores a los que se refiere -en el intro, QUE YO NO ESCRIBÍ- se dice que A contract with God es anterior a The Spirit. Una mano mañosa dio a entender que YO dí a entender -¿eh?- que El Spirit es de 1978. Un dato erróneo que al añadirle el nombre de El Spirit cambia el sentido de mis palabras. Y para empezar yo no habría escrito El Spirit, sino The Spirit, igual que -o sea, sorry, güeeeey- creo que suena bien naco cuando alguien le dice La Cura a The Cure. Ni modo, soy teacher de inglés, ¿me perdonan?
En el mismo intro se asegura que en el planeta del cómic Will Eisner es Dios -bueno, hay freaks que adoran a McFarlane, allá ellos, pero no todo mundo conoce las obras de Eisner, así que es una exageración, QUE YO TAMPOCO ESCRIBÍ, pues para hacer homenajes sin ton ni son están otros; es más, yo casi no me atrevo llamarle "maestro" a nadie, me parece desmesurado y arrastrado hacerlo, aunque hay quienes sí se merecen en verdad ser llamados así-, y ambas intromisiones le cambian todo el sentido a lo que escribí. Y pos como eso no lo voy a permitir: zafo.
El jueves
Zektor me comentó que en mi texto para
Umelec escribí un término sin saber usarlo. Lo tendré que verificar cuando tenga en mis manos la revista, pero de una vez: si es cierto aquello, ofrezco una disculpa a los damnificados y juro no volver a hacerlo. Y si no... pus no.