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Avalado por la Asociación Brutal Mexicana
Cuando tenía unos 11 o 12 años, durante unas vacaciones de verano vendí casets piratas en un tianguis. A mi amigo Ángel le pidieron encargarse del puesto y que llevara a un cuate, así que me pidió que fuera con él.
En el puesto escuchamos un chingo de música, eso es lo que yo llamo trabajar. Como a los dos nos repateaba la salsa -género musical que rifaba en esos años, antes de que la onda grupera se volviera la onda-, lo que escuchábamos básicamente eran casets de mezclas -you know which ones I mean-, y mucho, muchísimo rap.
Un día esta portada me llamó la atención:
Lo escuché y lo escuché muchísimas veces y también empecé a ver los Simpson con regularidad. Una canción de este álbum me sigue gustando cabrón: "Deep, deep trouble", que rapea Bart y que está producida por DJ Jazzy Jeff, quien es famoso por su mancuerna con The Fresh Prince -"el Príncipe del Rap", como se le conoce acá, o Will Smith, como se llama. También por ese caset empecé a escuchar a Chuck Berry.
Por esos años, la extinta revista Golem -bueno, su nombre completo era La sombra del Golem-, contemporánea del Gallito Inglés y Molotov (hablando de Bachan), logró conseguir que se le permitiera reproducir un par de páginas de Life in hell, los magníficos cómics pre-Simpsons de Matt Groening. Aquí el scan de aquella cosa:
El humor de Life in hell es muchísimo más amargo que el de la serie televisiva. Para mí es una sorpresa que un autor que escribiera cómics tan tristes -más exactamente, patéticos, sin ser peyorativo- lograra entrar a las grandes ligas. Es decir, muchos autores alternativos hacen cómics del mismo tipo: personales, duros, con matices autobiográficos salpicados de autoescarnio...
Pero Groening -"rima con complaining"- es un genio. Y no ha dejado atrás su origen cuasi-underground. En Bongo Comics, la editorial en que se ditan los títulos de sus series (Los Simpson y Futurama), había (no sé si aún exista) una división que se dedicaba exclusivamente a publicar los bizarrísimos cómics del padrino de la gráfica punk: Gary Panter, quien es como el Butthole Surfer del cómic, más ácido y cabrón, si eso se puede.
Panter ha venido realizando su propia interpretación de el Infierno y el Purgatorio de Dante, protagonizada por su personaje Jimbo. Todo muy a su modo: con gráficas barrocas y punketas al mismo tiempo, y cruzando referencias de la cultura popular con la obra original. En fin, en unos días subiré mi review de Jimbo's Inferno a Enfermedad Social, por si a alguien le interesa echarle un ojo y, en una de esas, comprarse un bonito ejemplar.
Yo tengo unos cuantos números sueltos de Jimbo, esos que están editados en Zongo Comics:
Si se fijan, podrán ver que el cuadro que cuelga en la pared del lugar en el que está sentado Matt Groening en mi ilustración, muestra la cara de Jimbo, sacada de este ejemplar. Yo creo que cuando Jairo Calixto la vio ha de haber pensado: "¿Y eso del cuadro qué chingados será?" pues es una referencia medio oscurona.
Yo creo que el hecho de editarle a alguien como Panter un comic book tan extraño como Jimbo, habla muy bien de la generosidad de Groening, quien tiene un capítulo medio oscurón en su haber, el cual ha de ser más obra de sus abogados que nada: tambien en los años 90 demandaron a los editores de un pequeño fanzine californiano –Bunnyhop- por usar a Binky, protagonista de Life in hell. La imagen lo mostraba peleando a golpes con el conejo del cereal Trix. Se trataba de algo similar a lo que salía en Los Simpsons, con todas esas referencias y parodias a la cultura popular. Aun así, tuvieron que destruir las 5000 copias del fanzine y disculparse públicamente con Groening.
La historia completa se puede leer en el magnífico tomo con entrevistas a fanzineros gringos de la editorial Re/Search, que se llama, justamente, Zines!
Y bueno, esta semana iré a ver la película de los Simpson, en una hora en la que, ojalá, no haya niños. También espero encontrarla subtitulada, para verla en su forma original primero que nada.
Yo creo que es un poco de ambas: igual que Crumb y el dibujo que sigue:
Se trata de imágenes poderosas, shockeantes, que se hacen porque se puede, porque hay libertad de publicar todo tipo de atrocidades. pero también son autores con conceptos bien pensados sobre lo que dibujan y los grados de violencia que le inyectan a su obra.
Hay dibujos que se hacen simplemente porque se puede, igual que la caricatura de Letizia y el Príncipe follando. Los de El Jueves le apostaron grande a ese cartón y, a pesar de tratarse de un país del 1er mundo, causó escozor. En México, los de El Chamuco acaban de sacar una portada con uno de sus típicos chistes de primaria: Felipe Calderón como "el último empeorador"... ¡pero si ese chiste ya está re sobado; ya se hizo hace años!
¿Cuándo habrá una publicación mexicana en la que se puedan publicar contenidos más pesados, sin que estén en el lado de los Sensacionales pero tampoco de los cebos chistes de los caricaturistas de siempre? Pienso en una revista que si bien le cargue la mano a la derecha intransigente, también le cante lo suyo a la izquierda aferrada y de una buena vez deje de rendirle culto a sus héroes de papel. O sea, Fontanarrosa ha retratado la hiperviolencia de un país en gags brutales y aquí todavía hay quien ríe por algo como "Qué poca Matrix".
No maaaaaa...