A WALK ON THE WILD SIDE

1. Recién me acabo de comprar mi ejemplar del Comics Journal de este mes que, como podrán notar, celebra los 30 años de vida de la prestigiosa e influyente revista de Fantagraphics.

El número es especialmente interesante por un par de artículos que ponen en contexto algunos de los rasgos comunes de la industria que marcan la diferencia entre los cómics del mainstream (los editados por casas como Marvel, DC, Dark Horse, etc) y los independientes (que editoriales como D&Q, Top Shelf o la misma Fantagraphics, entre otras, han editado con una perspectiva diferente a sus contrapartes más comerciales): uno, el paso de la distribución a través de puestos de revistas al Direct Market, que es el antecedente de las tiendas de cómics y que reacomodó al medio entero, pues dicha forma de distribución genera mecanismos muy particulares que determinan en buena medida el alcance y hasta el éxito de un título. Otro, el boom de cómics en blanco y negro (forma de editar que los independientes suelen hacer por cuestiones económicas pero también de estilo e ideología, creo) tras el éxito inusitado del Teenage Mutant Ninja Turtles -que salía en b&n) de Kevin Eastman y Kevin Laird.

Los textos de Michael Dean -"Fine young cannibals"-, Gary Groth -"Black and white and dead all over"- y Dirk Deppey -"Suicide club"- son de un valor informativo muy grande, para quien esté interesado en el medio, la industria y la disciplina artística del cómic (nombro estas cosas para que Quintero no me vaya a regañar, faltaba más).
Pero hay algo que quería comentar. En su texto, Dean cuenta las desevenencias de los primeros distribuidores que movieron títulos en el Direct Market (el D.M. es la adquisición de ejemplares directamente de las editoriales, permitiéndole a los distribuidores acomodarles de una mejor manera que por medio de los puestos de revistas como intermediarios, es por eso que esta manera de vender cómics dio pie a la creación de las primeras tiendas especializadas en cómics, pues un distribuidor directo comenzaba vendiendo cómics en convenciones o por correo y en ocasiones terminaba abriendo su propia shop), y un dato en particular atrapó mi atención. Dean habla del caso de Pacific, una compañía distribuidora levantada por dos hermanos de apellido Schanes y que tenían por gerente de envíos a un tal Allen Sanford. La compañía quiebra y el final es descrito así:

"In the wake of Pacific´s closing, Sanford ended up managing a local strip club where one of Pacific´s former secretaries masturbated in a glass booth for dollar tips".

Uf.
Bueno, pues el dato no me interesó por morbo -quiero pensar-, pero indudablemente mi interés tiene algo de morbo. No sé. Creo que hay gente -como yo- a quien los datos duros, las historias oscuras y los personajes extraños, les causa fascinación. Sólo así me explico que haya gente especializada en, por ejemplo, la vida y obra de los asesinos seriales, como José Luis Durán King. Quizá su público lo lea por morbo, pero creo que en él hay algo más aparte de fascinación que impulsa a saber más al respecto -aunque ello requiera enlodarse y enterarse de lo más atroz- que solamente morbo.

Un día le comenté algo sobre esto a Willy Fadanelli. Escucharlo hablar (cuando lo escuchaba hablar) es darse cuenta de lo informado que está y de lo mucho que sabe sobre muchas cosas, pero lo que lo diferencia de otras personas que como él también están al tanto de la cultura, la política, la literatura y hasta los espectáculos, es que pone un especial énfasis en ese lado oscuro. "¿Estás consciente de que mucho de lo que hablas lo dices desde una perspectiva muy dura?", le pregunté. Creo que no esperaba que le dijera algo así, y le expliqué que no me parecía mal, que por el contrario se trataba simplemente de un rasgo de su personalidad que estaba presente en su literatura y su vida, el hecho de enfocarse en la suciedad. Eso para mí era una manera de probar que Fadanelli no alardea ni necesita hacerse el malo, que él tiene una deformación que se filtra en su literatura pero también en su vida diaria. "Sí, supongo que es una forma de vida", me dijo Yolanda.

Lo mismo veo en algunas de las personas de las que suelo rodearme: gente con un punto de vista retorcido, amargo, poco convencional. Héctor Villarreal es muy pesimista -él dice que es realista, yo creo que es una combinación-, Ferucca posee un conocimiento sobre el ser humano muy ojete, ese que se forja a fuerza de madrazos; ha dejado de creer en la amistad más que yo, y eso es mucho decir. Así podría seguir. Pero mi punto es que en todos ellos encuentro una forma de ver y vivir la vida extraña, fuera de los límites de lo que el pópolo llama "lo normal". Por eso me sorprende conocer a raza como Roger Villarreal, que tiene un gran sentido del humor. Pero hay algo detrás, indudablemente. No podría estar con gente demasiado optimista. No podría leer cosas blandas. No podría escuchar música endulzada. No podría ir a lugares demasiado tranquilos. Debe haber un punto en que hasta lo bonito equivoque el camino, una anomalía.

¿Quieres ser mi amigo?

2. Itinerario del viernes:
-Comida en Los Cuates con H.V. y Ferucca. Yo, cervezas y anís; Fer cervezas, clamato y licor del 43; Villarreal, clamato y cervezas.
-Antes de entrar a las luchas (con el regreso del Hijo del Santo) en la México, una escala en un barecillo de por allí. Más cervezas.
-Cervezas y más cervezas en la México. Le tiré la cerveza encima a una señora. No me hizo una quebradora.
-De ahí al Foro A, el bar ese que está cerca de Televisa Chapultepec. Cervezas y una ronda de tequila, invitada por una de las 3 chicas checoslovacas que nos presentó Villarreal y con quienes quedamos de vernos nuevamente para comer en nuestra casa.

Mi vida es así.